viernes, 16 de noviembre de 2018

De monjes

En la historia de esta semana comparto dos textos breves y sencillos pero muy ilustrativos para nuestro día a día.

Es tradicional en los escritos antiguos resaltar las cualidades que debe tener una persona, un monje en este caso, poniendo en boca de su maestro la mejor solución al problema planteado.

En el primero, sugiere la forma de salir de la introspección, el estar más pendiente de las cosas de uno mismo que de las de los demás. En definitiva, recordar que es mejor la generosidad que el egoísmo.

Y el segundo recuerda la importancia de vivir el presente, de manera que ni el pasado ni el futuro influyan en la realidad diaria en la que estamos inmersos.

Dicho con otras palabras, el maestro abre la mirada para actuar con madurez en todas las cosas.   
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De monjes...

Un monje se acercó un día a su guía espiritual y le dijo:

Me siento desanimado. ¿Cómo puedo superarlo, maestro?

Animando a los demás —repuso el maestro.

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Un día un monje le preguntó a su maestro:

- Maestro, ¿qué es lo más curioso de los seres humanos?

- Que piensan siempre al contrario -respondió el maestro-: Tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida. Pierden la salud para tener dinero, y luego pierden el dinero para obtener salud.

Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro. Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido.


 La Historia de la Semana

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