Mantener los propios ideales en un ambiente hostil no es tarea fácil para nadie. Pero cuando uno es honesto consigo mismo y con los demás hay que intentarlo por todos los medios.
La historia de esta semana, titulada El hombre sabio, nos coloca en la situación de ser discriminados por nuestras ideas y cómo se puede proceder.
Desde luego, hace falta una gran dosis de idealismo y sabiduría para obrar así, pero a la larga es lo que más llena el corazón y realiza a la persona, pues da lo que tiene en su corazón. Aquí va a continuación.
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El hombre sabio
Un hombre sabio con fama de santidad llegó cierta tarde a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población.
Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad.
Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo.
En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.
Uno de los hombres comentó:
- ¿Es posible que, además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!.
- Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene -fue la sabia respuesta del hombre santo.
La Historia de la Semana
La historia de esta semana, titulada El hombre sabio, nos coloca en la situación de ser discriminados por nuestras ideas y cómo se puede proceder.
Desde luego, hace falta una gran dosis de idealismo y sabiduría para obrar así, pero a la larga es lo que más llena el corazón y realiza a la persona, pues da lo que tiene en su corazón. Aquí va a continuación.
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El hombre sabio
Un hombre sabio con fama de santidad llegó cierta tarde a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población.
Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad.
Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo.
En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.
Uno de los hombres comentó:
- ¿Es posible que, además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!.
- Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene -fue la sabia respuesta del hombre santo.
La Historia de la Semana
Muchísimas gracias, .... ahora a practicarlo que hace mucha falta en este mundo.
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