martes, 11 de octubre de 2011

El Sol y el Viento

Uno de los aspectos que ha cambiado mucho en el comportamiento del público en general y de los niños en particular son las expresiones de violencia gratuita, tanto física como verbal, a la hora de expresarse. Rápidamente se recurre a los gritos y a los insultos para imponer el criterio propio sobre lo que se esté tratando.

Los que llevamos muchos años haciendo campamentos y actividades con niños y adolescentes observamos cómo cada vez se recurre más a estas manifestaciones, que no dejan de ser una falta de educación, y que lo hacen como reflejo de lo que ven a su alrededor cada día.

En la historia de este semana quería recordar que la sonrisa, el buen humor, la amabilidad o la cortesía, aunque no estén de moda, a la larga logran mucho más de las personas que la agresividad, la imposición, la violencia o la burla.

Y este breve cuento lo refleja magnifícamente. 
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El Sol y el Viento

El Sol y el Viento discutían sobre cuál de dos era más fuerte. La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. 

Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas utilizándolas contra él. 

- Vas a ver, dijo el Viento, como con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras. 

Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuanto más esfuerzos hacía, el hombre más oprimía su capa, gritando contra el viento, y seguía caminando. 
El viento, encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo, sino que se aferraba más a su capa. 

Comprendió al fin el Viento que no era posible arrancarle la capa.
Sonrió el Sol, y mostrándose entre dos nubes recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro. 

-Ya ves, le dijo el Sol al Viento, como con la bondad se consigue más que con la violencia. 


La Historia de la Semana 

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