domingo, 11 de julio de 2010

Diario de un viaje - y 2


La ruta continúa y hay tiempo para casi todo. Desde tomar alguna foto indiscreta hasta contemplar el famoso toro que decora las carreteras hispanas y que ya ha quedado como símbolo nacional.

 
A las 17h hago una breve escala en Talavera de la Reina (Toledo) para visitar a un misionero aquejado de Alzheimer que se encuentra ingresado en una residencia. 

Momento más bien triste que me hace recordar cómo hemos de aceptar la voluntad de Dios y darle gracias por tantas cosas que a veces se nos pasan desapercibidas.

Continúo camino de Madrid y, como ya es habitual, se encuentra uno con la caravana de entrada 50 Km antes de llegar a la capital. Así que a la altura de Navalcarnero tomo un desvío hacia Collado Villalba y voy improvisando sobre la marcha. Viajo por carreteras que nunca he pasado y me encuentro un par de sorpresas interesantes: 1) hay un pueblo que se llama ¡Sevilla la Nueva! dentro de la provincia de Madrid; 2) la zona de Galapagar (Madrid) está llena de urbanizaciones por las que me pierdo pues la carretera no está bien señalizada. 

Consulto el mapa del coche, ¡que resulta ser del año 2002!, y con un poco de suerte e intuición reencuentro la carretera que me lleva directamente a Manzanares el Real, con su magnífico castillo muy bien conservado. 



Tras una breve parada para dejar constancia de la foto, reemprendo el camino que me lleva al Monasterio de La Cabrera, donde ya me está esperando la comunidad de monjes. Son las 20:30 y el cuentakilómetros del coche marca 624 Km. recorridos. 

Hay una gran diferencia, como se puede apreciar por las fotos, entre estos paisajes y los que hemos pasado anteriormente.

Lunes día 5. Tras el desayuno con la comunidad se incorpora al viaje Everardo, y salimos a las 9:00 con destino hacia Burgos.



Estamos con el tiempo un poco justo, así que vamos dejando atrás campos y pueblos, como Lerma y también Burgos, y hacemos la primera parada técnica a las 12:30 en Valdenoceda, valle cercano a nuestro destino.


Atravesamos el río Ebro por un puente muy antiguo y mi acompañante se sorprende de cómo son los pueblos de esta parte de Burgos: pequeños, con casas de piedra, muchas en muy mal estado, y bastante abandonados, aunque con arquitectura singular como el balcón de la foto. 

Eso sí, el paisaje es fantástico como se puede apreciar.







Un poco más adelante llegamos al famoso pueblo de Puentedey. Con ver la foto ya se puede uno imaginar porqué. ¡Es espectacular lo que hace la naturaleza!




Y a las 13:30, con el cuentakilómetros marcando 924 Km desde que salimos de Constantina, entramos en la campa de Quintanabaldo y hacemos entrega del coche en perfecto estado (bueno, un poco sucio) a los que lo van a usar durante los próximos días.


¡Pero nuestra aventura continúa! Tras comer rápidamente unos buenos macarrones con chorizo, nos dirigimos a Villarcayo para tomar el bus hacia Burgos que sale a las 15:05. Viaje tranquilo y durmiendo la mayor parte del trayecto.



 
Como el autobús para Madrid tiene su partida a las 18:15, nos queda un ratito para visitar la famosa catedral de Burgos, que siempre impresiona por su majestuosidad.

Y por fin, a las 21:30, llegamos a la estación de Madrid donde damos por concluida esta pequeña aventura en la que hemos recorrido más de 1.800 km. en dos días y medio.

PD.: 1) Seguramente en septiembre tenga que hacer el viaje en sentido inverso. ¿Alguien se anima y me acompaña?


2) Respondiendo a la pregunta inicial, he podido comprobar que insertar muchas fotos en el blog es, cuando menos, dificultoso.

Y 3) He logrado sacar un mapa con una visión general del viaje para hacerse una idea global. Aquí va:








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