viernes, 11 de diciembre de 2009

La Calumnia

La anterior entrada está dedicada a la paz.

Normalmente cuando hablamos de la paz pensamos en los países que están guerra, en sitios lejanos, en conflictos complicados. Y no solemos caer en la cuenta de que la paz comienza por nuestro propio entorno. Difícilmente se puede conseguir la paz si no la vivimos cada uno en el entorno, pequeño o grande, que nos corresponde: nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo,...


La historia de esta semana trata de un aspecto que va muy unido a la paz, pues la violencia no sólo se ejerce por la fuerza. También los comentarios pueden ser muy hirientes y no contribuyen a la paz. Y entre ellos están las calumnias o maledicencias que a veces corren de boca en boca en algunos ambientes.  


La historia de esta semana, que precisamente lleva por título La Calumnia, es un buen recuerdo para que no nos dejemos llevar por los comentarios negativos, y más aun en estos tiempos en que estamos a las puertas de la navidad y los buenos sentimientos tienen que ser los predominantes.

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La calumnia


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, y todo por la envidia que le entró al ver el éxito que éste había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

- "Quiero arreglar todo lo que hice, ¿cómo puedo hacerlo?", a lo que el sabio respondió:

- "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas donde quiera que vayas".


El hombre, muy contento por aquello tan fácil, tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:

- "Ya he terminado", entonces el sabio contestó:

- "Esa era la parte fácil... ahora debes volver a llenar el saco con esas mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste pues sabía lo que eso significaba, y no pudo juntar casi ninguna. 


Al volver, el hombre sabio le dijo:


- "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya esta hecho. Lo único que puedes hacer ahora es perdirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

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