domingo, 31 de mayo de 2009

La roca

Muchísimas gracias por vuestras felicitaciones. Aunque ya he respondido a cada uno, también lo hago general por aquí. Y despejo una duda: mi edad coincide con el primer número primo mayor que cincuenta. Fácil, ¿no?


Cuando llegamos a ciertas edades :-) solemos hacer balance de la vida pasada y nos viene inevitablemente la pregunta: ¿qué he hecho en la vida?, ¿ha tenido sentido?, ¿si hubiera sido consciente habría hecho lo mismo?,... y tantas otras cuestiones que reflejan la inquietud de nuestro corazón.


Yo personalmente me siento como el protagonista de la historia de esta semana: empujando siempre mi roca con la ilusión de que algún día llegaré a moverla, aunque hasta hoy no vea los resultados que me gustarían. Con todos Vdes. La roca. Espero que os guste.

(P.D.: para los que no son de ciencias: el primo mencionado, o sea, yo , cumple 53!!!)



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La roca


Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y se le apareció Dios.

El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.


El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Durante muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y ésta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.


Cuando el hombre empezó a sentirse frustrado, el demonio decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: "has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido". Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que era un fracasado. Estos pensamientos le hicieron sentirse frustrado y desilusionado. El demonio le dijo: ¿por qué te esfuerzas todo el día en esta tarea imposible? Basta con un mínimo esfuerzo y será suficiente.


El hombre pensó en poner en práctica esto, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado?".


El Señor le respondió con compasión:


- Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar. Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora: tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.


Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para mostrar tu fe en mí. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo, yo moveré la roca.

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