sábado, 16 de diciembre de 2017

¿Por qué grita la gente?

Seguramente nos hemos dado cuenta de que cuando las personas se enfadan tienden a elevar la voz y gritar.

En la historia de esta semana se trata este tema para hacer caer en cuenta que los comportamientos externos (alzar la voz, despreciar, minusvalorar al otro,...) van creando distancias y separaciones que luego es complicado volver a recuperar.

Y lo hace con un ejemplo muy simple: cuando dos corazones están próximos se escuchan sin dificultad y se comprenden con armonía.

Pero mejor leer la historia que lleva por título ¿Por qué grita la gente?

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¿Por qué grita la gente?


Un día el maestro preguntó a los que le seguían:

 - ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
 
Los discípulos pensaron unos momentos y respondieron:


- Porque perdemos la calma -dijo uno-, por eso gritamos.

 
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?- preguntó el maestro. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado? 

Los discípulos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfizo al maestro. Finalmente, él explicó:

- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego preguntó:


- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente… ¿Por qué?
 
- Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El maestro continuó:


- Cuando se enamoran aún más, ¿qué sucede? No hablan, solo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente, no necesitan siquiera susurrar. Solo se miran y eso es todo. ¡¡¡Qué cerca están dos personas cuando se aman!!!

Luego el maestro añadió:


- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen. No digan palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.



La Historia de la Semana

domingo, 10 de diciembre de 2017

El avaro


Vivimos en un entorno social en el que predomina el aparentar y el tener, olvidando muchas veces los valores importantes y esenciales que nos hacen ser más personas.

Y el dinero es uno de los aspectos que mueven a la gente a hacer lo que sea por conseguirlo. De ahí la corrupción que vemos en la sociedad, donde lo que importa es acaparar sin reparar en el daño que se puede hacer.


Comparto esta semana un cuento de Anthony de Mello que en clave de humor ilustra sobre las personas que se dejan llevar por la codicia y avaricia, resaltando la inutilidad de su actitud.

Se titula El avaro, y aquí va a continuación.

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El avaro

Un avaro enterró su oro al pie de un árbol que se alzaba en su jardín. Todas las semanas lo desenterraba y lo contemplaba durante horas. Pero, un buen día, llegó un ladrón, desenterró el oro y se lo llevó. Cuando el avaro fue a contemplar su tesoro, todo lo que encontró fue un agujero vacío.


El hombre comenzó a dar alaridos de dolor, al punto que sus vecinos acudieron corriendo a averiguar lo que ocurría. Y, cuando lo averiguaron, uno de ellos preguntó:

- “¿Empleaba usted su oro en algo?”

- “No”, respondió el avaro. “Lo único que hacía era contemplarlo todas las semanas”.

- “Bueno, entonces”, dijo el vecino, “por el mismo precio puede usted seguir viniendo todas las semanas y contemplar el agujero”.


La Historia de la Semana

jueves, 7 de diciembre de 2017

¿Qué esperas de un buen profesor?

La educación es el elemento fundamental para una buena inserción en la sociedad y para desarrollar todos los valores que la persona lleva dentro de su corazón desde su nacimiento.

Es un tema que ya ha aparecido muchas veces en el blog pero pienso que es necesario seguir reflexionando sobre el mismo, pues todo lo que redunde en beneficio de la formación de la juventud es una buena inversión.



Y en este campo el profesor juega un papel importante, ya que es el referente del joven y el encargado de transmitir los conocimientos y la escala de valores esenciales para la vida.

Comparto esta semana un resumen de un artículo de Jesús Guillén titulado ¿Qué esperas de un buen profesor?, en el que esboza unas líneas generales de las cualidades que debe tener un profesor.

¡Espero que sea útil! 


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¿Qué esperas de un buen profesor?


Cualidades necesarias en un buen profesor:

1) Conoce su materia y reflexiona sobre ella
El buen profesor conoce bien la materia que imparte y es capaz de reflexionar sobre qué es lo importante saber en esa disciplina. Ello le permite organizar las clases de forma adecuada optimizando la atención del alumno.

2) Inspira
El buen profesor es inspirador y transmite entusiasmo por lo que hace, fomentando un aprendizaje significativo. Es capaz de generar un contagio emocional en el aula que facilita un aprendizaje por imitación adecuado.


3) Da autonomía
Uno de los grandes objetivos de la educación debe ser el de fomentar la autonomía del alumno haciéndole participar en el proceso. A través de su motivación intrínseca, el alumno ha de responsabilizarse de su aprendizaje. Y para que se dé esto, en el proceso inicial, es importante despertar la curiosidad.

4) Propone retos adecuados
El buen profesor descubre y estimula las fortalezas de sus alumnos, siendo capaz de proponer retos adecuados. Para ello es imprescindible tener en cuenta los conocimientos previos del alumno y ahí desempeña un papel importante la memoria. Cada nueva idea debe construirse sobre lo que ya se conoce.

5) Fomenta la creatividad

Pero sólo con la memoria no es suficiente. Ante un futuro incierto, es fundamental enseñar estrategias que permitan un pensamiento creativo, crítico y flexible. El buen profesor sabe ceder el protagonismo al alumno suscitando procesos de investigación a través de las preguntas adecuadas y aceptando diferentes formas de resolver los problemas.

6) Acepta el error
El error forma parte del proceso de aprendizaje y ha de ser aceptado de forma natural. El cerebro, que tiende a justificar las creencias previas requiere del error para progresar; la equivocación nos permite acercarnos al éxito de una idea.


7) Tiene vocación
El buen profesor disfruta de su profesión, se responsabiliza de la misma y asume su enorme trascendencia, reflexiona sobre las prácticas educativas partiendo de la base de que el aprendizaje es un proceso complejo, se adentra en el futuro a través de una formación continua y comparte.

8) Y sobre todo, mira con afecto a sus alumnos
El alumno necesita ser reconocido. Para ello, es fundamental elogiarlo por su esfuerzo y no por sus capacidades, activándose así el sistema de recompensa cerebral asociado a la dopamina. El buen profesor interactúa de forma adecuada con el alumno, es accesible y agradable. Y sabe que la educación restringida a la transmisión de conocimientos académicos es insuficiente.



La Historia de la Semana