domingo, 8 de octubre de 2017

La carta

Uno de los valores más necesarios hoy día es la generosidad con los demás.

En estos momentos sociales prima el egoísmo de ir cada cual a su interés y me ha parecido oportuno e interesante compartir este relato titulado La carta.


Para mí responde a dos preguntas que a veces nos hacemos: ¿cuándo tengo que ser generoso y compartir con los demás?, ¿dónde está Dios en esos momentos?

Ambas cuestiones encuentran su respuesta en esta historia y, como podemos imaginar, es bien sencilla: hay que ejercer la generosidad siempre que sea necesario para el otro, en el que se encarna Dios en ese momento. La protagonista lo hace y descubre que hacer el bien es lo prioritario.

Aquí va a continuación La carta.
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La carta

Ruth miró en su buzón del correo, pero sólo había una car­ta. La tomó y la miró antes de abrirla, pero luego la miró con más cuidado.

No había sello ni marcas del correo, solamente su nombre y dirección. Leyó la carta: 


 Querida Ruth:

Estaré en tu vecindario el sábado en la tarde y pasaré a visitarte.

Con amor, Jesús
.

Sus manos temblaban cuando puso la carta sobre la mesa. "¿Por qué querría venir a visitarme el Señor? No soy nadie en especial, no tengo nada que ofrecerle..."

Pensando en eso, Ruth recordó el vacío reinante en los es­tantes de su cocina.


"¡Ay no! ¡No tengo nada para ofrecerle! Tendré que ir al mer­cado y conseguir algo para la cena". Buscó la cartera y vació el contenido sobre la mesa: cin­co dólares y cuarenta centavos.

"Bueno, compraré algo de pan y alguna otra cosa, al menos." Se puso un abrigo encima y se apresuró a salir.

Una hogaza de pan francés, media libra de pavo y un cartón de leche... y Ruth se quedó con solamente doce centavos que le deberían durar hasta el lunes. Aun así se sintió bien. Caminó a casa con sus humildes ingredientes bajo el brazo. 


"Oiga, señora, ¿nos puede ayudar?"

Ruth estaba tan absorta pen­sando en la cena que no vio las dos figuras que estaban de pie en el pasillo.

Un hombre y una mujer, los dos vestidos con poco más que harapos.

"Mire, señora, no tengo em­pleo, usted sabe, y mi mujer y yo hemos estado viviendo allí afuera en la calle y, bueno, está haciendo frío y nos está dando hambre y, bueno, si usted nos puede ayudar, estaremos muy agradecidos..."

Ruth los miró con más cuidado. Estaban sucios y tenían mal olor y, francamente, ella estaba segura de que ellos podrían obtener algún empleo si realmente quisieran.


"Señor, quisiera ayudar, pero yo misma soy una mujer pobre. Todo lo que tengo son unas rebanadas de pan, pero tengo un huésped importante para esta noche y planeaba servirle eso a El."

"Sí, bueno, sí señora, entiendo. Gracias de todos modos".

El hombre puso su brazo alrededor de los hombros de la mujer y se dirigieron a la salida.

A medida que los ve saliendo, Ruth sintió un latido familiar en su corazón. "¡Señor, espere!"


La pareja se detuvo y volteó a medida que Ruth corría hacia ellos y los alcanzaba en la calle.

"Mire: ¿por qué no toma esta comida? algo se me ocurrirá para servir a mi invitado...", y extendió la mano con la bolsa de víveres.

"¡Gracias, señora, muchas gracias!"

"¡Sí, gracias!", dijo la mujer, y Ruth pudo notar que estaba temblando de frió. "¿Sabe? ten­go otro abrigo en casa, tome éste", Ruth desabotonó su abri­go y lo deslizó sobre los hombros de la mujer.

Y sonriendo, volteó y regre­só camino a casa... sin su abrigo y sin nada que servir a su invita­do.

"¡Gracias, señora, muchas gracias!"

Ruth estaba tiritando cuando llegó a la entrada.


Ahora no tenía nada para ofrecerle al Señor. Buscó rápi­damente la llave en la cartera. Mientras lo hacía, notó que había otra carta en el buzón.  
"Que raro, el cartero no viene dos veces en un día."  


Tomó el sobre y lo abrió:

Querida Ruth:

Qué bueno fue volverte a ver. Gracias por la deliciosa cena, y gracias también por el hermoso abrigo.

Con amor, ...Jesús.

 
El aire todavía estaba frío, pero aún sin su abrigo, Ruth no lo notó.



La Historia de la Semana

sábado, 16 de septiembre de 2017

Al frente de la clase

En los primeros días que uno se enfrenta a un nuevo curso con nuevos estudiantes no se puede evitar la pregunta interior: ¿cómo serán los alumnos de este año? ¿Se portarán bien o me harán la vida imposible?

El video que comparto esta semana trata precisamente de un caso real en el que un alumno altera el normal desarrollo de la clase debido a unos tics muy llamativos que no puede controlar.


Está sacado de la película Front of the Class, Al frente de la clase, estrenada el año 2008, en la que se narra la vida de un niño con el síndrome de Tourette.

Me ha gustado mucho porque es un ejemplo excelente de cómo educar el éxtasis del niño para que salga de sí y cómo lo afronta el profesor responsable del mismo.

El primer video es un extracto con un resumen de 8 minutos. Y más abajo está la película completa que la he encontrado en la red. Espero que os sea útil y os guste.





Y aquí la película completa:


La Historia de la Semana

miércoles, 2 de agosto de 2017

Camino de Santiago 2017



Un año más hemos realizado la Ruta Jacobea entre Astorga y Santiago de Compostela, recorriendo a pie los casi 300 km que separan ambas ciudades.

Palacio Episcopal, obra de Gaudí, en Astorga

En esta ocasión el grupo ha sido más numeroso que en ediciones anteriores, alcanzando el número de 33 peregrinos, que iniciaron el Camino llenos de entusiasmo e ilusión creciente según nos acercábamos a la tumba del Apóstol, a pesar del cansancio de algunas etapas.

Cena medieval en Foncebadón
Todos descansan...
Merece la pena destacar la convivencia y armonía que se han vivido en estos días, y más teniendo en cuenta la diversa procedencia de los participantes (de nueve nacionalidades distintas) con culturas y religiones diferentes. 

Tener un objetivo común, como es llegar a Santiago, y hacerlo con un sentimiento de viaje interior para comprender la presencia de Dios en nuestras vidas ha sido clave para que se formara un grupo cohesionado y unido.
Monumento al Peregrino

El cansancio y el agotamiento de algunas etapas no han impedido la ayuda y la generosidad que hemos apreciado en todo momento, con una gran disposición para colaborar en las tareas cotidianas.

En la Cruz do Ferro
Caminando
Las primeras etapas, en tierras de León, estuvieron marcadas por el calor que nos acompañaba durante la marcha. Pero una vez en tierras de Galicia la temperatura se suavizó por efecto de las nubes que cubrían el cielo, llegando incluso a caernos un fuerte chaparrón que por fortuna duró poco tiempo.

El recorrido cultural, histórico y religioso que hemos hecho nos ha servido para recordar y ser conscientes de que el fin del Camino marca el inicio de uno nuevo en la vida cotidiana, marcado por la búsqueda de lo mejor y más noble. Pues como dice el refrán: El turista viaja, el vagabundo deambula, el senderista anda, el peregrino busca.

Castillo Templario de Ponferrada

Y en esta búsqueda lo más importante, como dice la Oración del Peregrino que viene más adelante, es llevar los valores que hemos vivido y compartido a cada momento de la vida diaria, para llevar paz, alegría, descanso,..., a los que viven a nuestro lado y reconocer a Dios en todas las cosas bellas de nuestro entorno.

Crucero idente en O Cebreiro

Portomarín
Villafranca del Bierzo
Hay varias entradas del blog dedicadas al Camino de Santiago que se pueden ver en este enlace, donde aparecen las etapas, la parte técnica, video,..., así que termino esta crónica con la Oración del Peregrino mencionada anteriomente y que refleja muy bien el sentir de todos los que hemos hecho la peregrinación.

Oración del Peregrino
Crucero en Santiago


Aunque hubiera compartido todos mis bienes
con gentes de otra lengua y cultura,
hecho amistad con peregrinos de mil senderos
o compartido albergue con santos y príncipes,
si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino,
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera cargado mi mochila de principio a fin
y esperado por cada peregrino necesitado de ánimo,
o cedido mi cama a quien llegó después,
y regalado mi botellín de agua a cambio de nada,
si de regreso a mi casa y mi trabajo no soy capaz
de crear fraternidad y poner alegría, paz y unidad,
no he llegado a ningún sitio. 

Monte del Gozo

Aunque hubiera visto todos los monumentos
y contemplado las mejores puestas de sol;

Aunque hubiera aprendido un saludo en cada idioma,
o probado el agua limpia de todas las fuentes,

si no he descubierto quién es autor
de tanta belleza gratuita y de tanta paz
no he llegado a ningún sitio.


Si a partir de hoy no sigo caminando en tus caminos,
buscando y viviendo según lo aprendido;
Si a partir de hoy no veo en cada persona,
amigo y enemigo, un compañero de camino;
Si a partir de hoy no reconozco a Dios,
como el único Dios de mi vida,
no he llegado a ningún sitio.

(Durante un tiempo se puede ver la galería de fotos completa en este enlace)

Misión cumplida. En la Plaza del Obradoiro