miércoles, 18 de junio de 2014

Viaje a San Ignacio de Velasco y San Miguelito

Después de la estancia en Santa Cruz se continúa el viaje hasta San Ignacio de Velasco, a unos 500 km de distancia, que se recorren en autobús por carreteras en su mayor parte de tierra y se tardan casi 14 horas debido al mal estado de las mismas por culpa de las lluvias.


Catedral de San Ignacio de Velasco
San Ignacio es la capital de la región de la Chiquitania, con una vegetación tipo selva muy rica en madera y ganadería. 

Llama la atención la tierra roja de sus calles (la mayoría sin asfaltar) que en esta época de lluvias se torna barro y permanece por días.


Iglesia de San Rafael
Iglesia de San Miguel
En esta zona se aprecia todavía el gran influjo que tuvieron los jesuitas durante los años que estuvieron antes de su expulsión, tanto en la arquitectura de las iglesias como en las tradiciones religiosas y sociales, organizando las conocidas como reducciones jesuitas

Gracias a estar en un lugar tan apartado se han conservado bastante bien las iglesias de estas reducciones jesuitas, que fueron restauradas en los años 80. 

Han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en ellas se celebran conciertos de música barroca de la época. 


Iglesia de San Miguel
Llama poderosamente la atención encontrar estas iglesias en madera policromada en medio de la selva, rodeadas de sencillas casas de adobe, y cómo los nativos las han mantenido durante años por su propia iniciativa.

Es una visita obligada ir a las comunidades de San Miguel, San Rafael y Santa Ana para ver estas iglesias que tanto dicen de las personas que las han cuidado, y aunque los caminos no están en buen estado, merece realmente la pena. 


Niños del Hogar
Niños del Hogar
En San Ignacio estuve en el hogar con niños sin padres a los que se les proporciona educación en un entorno familiar. Ahora viven cinco internos y los fines de semana se incrementa con los mayores.

San Miguelito es un colegio agropecuario con internado  que está situado a  unos 20 km de la capital. 

Fundado hace unos 50 años, hasta hace poco era el único colegio rural que ofertaba estudios de secundaria en más de 200 km. a la redonda. 

Actualmente, aunque poco a poco, se van creando unidades educativas en los poblados y ya no es tan necesario.


Termiteros gigantes
Carretera inacabable
En este centro, los internos, a la par que cursan los estudios para obtener el título de bachiller y poder acceder a la universidad, se forman en las tareas agrícolas y ganaderas que necesitan para vivir de la mejor manera posible en estas tierras.

Colegio Agropecuario San Miguelito
El terreno donde está enclavado el centro está en medio de la selva, con zonas preparadas para el cuidado de la ganadería. 

Estas fotos son muy típicas de esta zona de Bolivia: una calle de un poblado rural y un transporte de cientos de cabezas de ganado por la carretera principal, con vaqueros como en las películas.


San Javierito
Santa Rosa
Desde este centro se lleva también un parroquia rural que atiende la formación religiosa de cinco comunidades o poblados indígenas, la más próxima a 40 minutos en coche.

Como sólo se puede ir una vez al mes, hay que preparar a personas de la comunidad encargadas de las catequesis, que se les conoce como líderes.

La variedad de aves que se pueden observar al atardecer cerca de las lagunas es increíble. Pájaros de todos los colores van a posarse en sus nidos para pasar la noche. Y es que los atardeceres que se contemplan son increíbles, como el de esta foto.

Atardecer en San Miguelito







Viaje a La Paz y Santa Cruz de la Sierra                       Viaje a Iquitos

La Historia de la Semana

martes, 17 de junio de 2014

Viaje a La Paz y Santa Cruz de la Sierra

Siempre que inicio un viaje me asalta la misma pregunta: ¿saldrá todo como a uno le gusta? ¿habrá situaciones imprevistas que trastoquen los planes iniciales? 


Aeropuerto de Barajas
Pero es una impresión que enseguida desecho: hay que vivir intensamente cada momento y compartir con las personas lo mejor de uno mismo, y así se conoce y se participa en plenitud de los aconteceres del viaje.

Con esta impresión salí de Barajas (Madrid) hacia la primera etapa del viaje: la ciudad de La Paz, en Bolivia, a donde llegué, después de más de 20 horas de viaje entre aviones, escalas y trámites, cansado pero contento. 

La Paz se encuentra a unos 3.600 metros sobre el nivel del mar y lo primero que llama la atención es su distribución urbanística: casi toda ella está construida en las laderas de las montañas, ya que la parte llana es muy pequeña, lo que no impide que haya una gran cantidad de coches que le dan un aire caótico a la circulación.

Vistas de La Paz













Debido a la altitud es casi inevitable el ‘soroche’ (mal de altura con dolores de cabeza, mareos, agotamiento,…) que se supera a base de
mate de coca y descanso. 

El mate de coca es simplemente una infusión a base de hojas de coca que se consiguen en cualquier supermercado. ¡También hay licor de coca! Nos llama mucho la atención a los que lo vemos por primera vez, aunque allí es normal su consumo.

Aeropuerto de La Paz, en El Alto
En el altiplano, a más de 4.000 metros de altitud se encuentra la ciudad de El Alto, que al principio era un barrio de La Paz pero con la llegada de personas de todo el país a la capital ya es más grande que ésta. Es donde se encuentra el aeropuerto, y las vistas de las montañas de alrededor son espectaculares.

Mujeres aymara













Vivir a estas alturas no es fácil para los recién llegados. Aquí predomina la etnia aymara, ¡que ya están habituados a estas altitudes!


La Muela del Diablo (¡al fondo!)

Cerca de La Paz ¡y todavía más alto! se encuentra una colina que por su aspecto la llaman la Muela del Diablo. Es un lugar ideal para hacer una excursión, aunque al poco tiempo ya se nota la falta de oxígeno y aparece la fatiga, pero al descender a la ciudad se recupera uno.

Y después de un par de días, viene la siguiente etapa del viaje: Santa Cruz de la Sierra, la capital más importante del Oriente boliviano y el motor económico del país.

Mercado en la calle
Indígena
De Santa Cruz llama la atención todas las zonas verdes de la ciudad. Cada pocas manzanas hay una dedicada a esparcimiento con parques, jardines, colegios, iglesias,... Y están bastante cuidadas por lo general (en el extrarradio ya es otra cosa...)

La labor principal la desarrollé en torno a la parroquia de San Pedro y San Pablo, que tiene una gran actividad pues el área encomendada es muy extensa y tiene asociadas cuatro capillas (casi tan grandes como la propia parroquia) y tres colegios (que en realidad son nueve pues cada uno tiene tres turnos perfectamente diferenciados).

Virgen de Cotoca
Comida típica (torta de queso y yuca)
Hay una gran veneración a la Virgen de Cotoca, cuyo santuario se encuentra cerca de la ciudad y es lugar de peregrinación para todo el mundo. 

Allí, en el siglo XVII, un par de indígenas que huían se encontraron la imagen de la virgen dentro del tronco de un árbol, y desde entonces ha sido centro muy venerado.


Parroquia de San Pedro y San Pablo, en Santa Cruz de la Sierra






Viaje a San Ignacio y San Miguelito                            Viaje a Iquitos

La Historia de la Semana

sábado, 17 de mayo de 2014

El maestro y el pájaro enjaulado

En nuestros días, uno de los valores más considerados y defendidos es el de la libertad. Se suele invocar en todos los ámbitos.

Parece que ya han quedado desfasados otros valores clásicos como la generosidad, el honor, la humildad, la honestidad, el heroísmo,... La libertad sigue estando en primera línea.

Este tema ya ha salido en varias ocasiones en el blog (se puede ver aquí), incidiendo en alguna de sus características. 

La historia de esta semana, titulada El maestro y el pájaro enjaulado, explica de donde viene la libertad que disfrutamos: es un reflejo del amor de Dios a los hombres. ¡Espero que os guste!


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​El maestro y el pájaro enjaulado 


Paseaban el maestro y su discípulo por la ciudad y se detuvieron ante una tienda cuyo escaparate estaba repleto de jaulas con pájaros multicolores.

 Tras contemplar unos instantes las aves el maestro preguntó:

- ¿Quién ama más a los pájaros: el que los tiene en una jaula, los cuida, les da de comer, impide que le ocurra ningún mal, o el que los deja en libertad?

El discípulo respondió sin titubear:

- El que los deja en libertad...


Sonrió el maestro y dijo:

- Pero en libertad se han de buscar el alimento y están expuestos a mil y un peligros...

- -apuntó el discípulo- Pero así son ellos mismos. Existen para ser libres...


Guardó silencio el maestro y luego añadió:

- Lo mismo a hecho Dios con nosotros. Podía tenernos controlados. Procurar que no nos falte nada. Librarnos de todos los peligros. Impedir que sufriéramos... 


Pero nos ha hecho libres. Hemos de espabilarnos para vivir. Estamos expuestos al sufrimientos y somos capaces de hacer el mal. Y no aceptamos que eso lo ha hecho precisamente porque nos ama... Somos raros los hombres...

Y siguieron paseando por la ciudad...