domingo, 30 de enero de 2011

La felicidad

El tema de la felicidad siempre está presente en nuestras acciones: hemos nacido para ser felices, ¡no unos desgraciados!

Pero con mucha frecuencia buscamos la verdadera felicidad en los sitios donde difícilmente se encuentra, y nos contentamos con la felicidad efímera del instante. 

La historia de este semana nos recuerda un hecho bien sencillo: la felicidad está en nuestro corazón, dentro de cada uno de nosotros. 

¡Ya sólo nos queda llegar a ella!

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La felicidad


En el principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: "Debemos quitarles algo a los hombres, pero, ¿qué les quitamos?".

Después de mucho pensar uno dijo: "¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la puedan encontrar".

El primero propuso: "Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo", a lo que inmediatamente repuso otro: "no; recuerda que tienen fuerza; alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está".

Luego propuso otro: "Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar", y otro contesto: "No; recuerda que tienen curiosidad; alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará".

Uno más dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra". Y le dijeron: "No; recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad".

El último de ellos era un demonio que había permanecido en silencio escuchando atentamente las propuestas de los demás. Analizó cada una de ellas y entonces dijo: "Creo saber donde ponerla para que realmente nunca la encuentren".

Todos se volvieron asombrados y preguntaron al mismo tiempo: "¿Dónde?". El demonio respondió: "La esconderemos dentro de ellos mismos: estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así:

el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la lleva siempre consigo.


viernes, 28 de enero de 2011

¿Ser mejor o ser el mejor?

Esta semana toca tema de educación, tema que preocupa grandemente pues ahí se dirime el futuro de la sociedad.

Los que estamos inmersos en el mundillo educativo somos conscientes de las carencias de nuestros jóvenes y la dificultad de proporcionar una educación integral, conformándonos en muchos casos con la simple transmisión de conocimientos (¡y a veces hasta eso es complicado!)


Por eso me ha gustado el artículo de Aníbal Cuevas que resumo esta semana pues es muy interesante e instructivo, ya que intenta responder a la pregunta: ¿qué es preferible: educar para ser el mejor o para ser mejor? De su respuesta dependerá la felicidad futura del joven y su capacidad de análisis frente a las manipulaciones del entorno.


La respuesta, dentro del artículo!


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¿Ser mejor o ser el mejor?

  
     Existe una cierta confusión cuando se habla de educación, pues con relativa frecuencia se confunde con instrucción. Mientras la instrucción se refiere a la adquisición de conocimientos, la educación tiene más que ver con el crecimiento como persona y está relacionada con la adquisición de hábitos, virtudes y valores.

        Muchos padres se centran excesivamente en la instrucción: lo que más les preocupa es que sus hijos aprueben y saquen buenas notas.
         Esta visión de la educación aboca a muchos jóvenes al fracaso y crea problemas, enfrentamientos y frustración. No todos los hijos tienen las mismas capacidades intelectuales, no todos tienen la misma agudeza y vivacidad. 

       Hace falta dotarles de herramientas para que puedan dar lo mejor de sí, y esto debe ir acompañado de la exigencia cariñosa y motivadora. En el fondo subyacen dos visiones muy distintas de la educación: quién educa para ser el mejor y quién educa para dar lo mejor de sí.

         Lo que un padre debe desear para su hijo no es que sea el mejor, sino que dé lo mejor de sí mismo y acompañarle en ese camino. El éxito académico empieza por la educación de virtudes y hábitos, y ésa es tarea principal de la familia.

        Educar integralmente supone formar la inteligencia y la voluntad: la inteligencia para conocer la verdad y el bien, y la voluntad para llevar a cabo ese bien y esa verdad.

        No educar la voluntad supone huir del esfuerzo, de la superación personal, formar ciudadanos menos libres, esclavos de sus apetencias y de la "espontaneidad", y por tanto más vulnerables a la manipulación política y económica.







La Historia de la Semana 

martes, 25 de enero de 2011

Saving Eva

Por desgracia, es relativamente frecuente cometer errores, en la mayoría de los casos por ignorancia y desconocimiento. 


¿Qué hacer en esta situación en la que a veces nos encontramos? Pues intentar corregirlos y estar dispuestos a arreglarlos, ¡aunque  parezca que vamos de mal en peor!


El video de esta semana es una simpática animación en la que un esforzado y sacrificado oso intenta solucionar los desaguisados que va cometiendo en su afán de ayudar a su amiga. Seguro que algunos se sentirán identificados ....


¡Espero que os guste!



La Historia de la Semana