Hay días en que uno se levanta despistado y nos cuesta bastante tomar decisiones.
También hay personas que han perdido el norte de sus vidas y desconocen qué destino tomar para sentirse felices.
La historia de esta semana quiere arrojar un poco de luz en esos momentos difíciles, tomando como pretexto una conversación con Dios.
¡Espero que sea útil!
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Un día le pedí a Dios instrucciones
para vivir en esta tierra.
Dios acercó su voz a mi oído y me dijo: levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna:
brilla en la oscuridad,
pero sométete a la luz mayor.
Sé como los pájaros:
come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores:
enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Sé como el buen perro:
obediente, pero sólo a su Señor.
Sé como la fruta:bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día,
que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis,
y da tu agua al sediento.
Sé como la luciérnaga,
que, aunque pequeña,
emite su propia luz.
Sé como el agua:buena y transparente.
Sé como el río,
siempre hacia adelante.
Y sobre todas las cosas, sé como el cielo:
la morada de Dios.