viernes, 10 de abril de 2009

Una leyenda noruega

Semana Santa: tiempo de descanso y meditación, recordando el significado de Dios en la vida y en la sociedad, tanto desde el punto de vista histórico como del personal.


Seguramente a casi todos nos ha pasado por la mente la eterna cuestión de por qué Dios permite tal o cual cosa, y lo que uno haría si estuviera en su lugar. Por eso me ha venido a la memoria esta leyenda noruega que me resulta muy ilustrativa de esta presencia de Dios en el mundo y su providencia sobre las personas, y que hoy quisiera compartir con vosotros.


Que tengáis unos felices días y la paz esté siempre presente en los corazones de todos.


======================
Una leyenda noruega

El viejo Haakón cuidaba una antigua ermita. En ella se conservaba un Cristo muy venerado que recibía el significativo nombre de “Cristo de los Favores”. Todos acudían a él para pedirle ayuda. Un día también el ermitaño Haakón decidió solicitar un favor y, arrodillado ante la imagen, dijo:


- Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la cruz.


Y se quedó quieto, con los ojos puestos en la imagen, esperando una respuesta. De repente – ¡oh maravilla!- vio que el Crucificado comenzaba a mover los labios y le dijo:


- Amigo mío, accedo a tu deseo pero ha de ser con una condición: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar siempre silencio.


- Te lo prometo, Señor.


Y se efectuó el cambio. Nadie se dio cuenta de que era Haakón quien estaba en la cruz, sostenido por cuatro clavos, y que el Señor ocupaba el puesto del ermitaño. Los devotos seguían desfilando pidiendo favores y Haakón, fiel a su promesa, callaba. Hasta que un día...

Llegó un ricachón y, después de haber orado, dejó allí olvidada su bolsa. Haakón lo vio, pero guardó silencio. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas más tarde, se apropió de la bolsa del rico. Y tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él, poco después para pedir su protección antes de emprender un viaje. Pero ya no pudo contenerse cuando vio regresar al hombre rico quien, creyendo que era ese muchacho el que se había apoderado de la bolsa, insistía en denunciarlo. Se oyó entonces una voz fuerte:

- ¡Deténte!

Ambos miraron hacia arriba y vieron que era la imagen la que había gritado. Haakón aclaró cómo habían ocurrido realmente las cosas. El rico quedó anonadado y salió de la ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje. Cuando por fín la ermita quedó sola, Cristo se dirigió a Haakón y le dijo:


- Baja de la cruz. No vales para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio


- Señor – dijo Haakón confundido-, ¿cómo iba a permitir esa injusticia?


Y Cristo le contestó:


- Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una mujer. El pobre, en cambio, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo. En cuanto al muchacho último, si hubiera quedado retenido en la ermita no habría llegado a tiempo de embarcar y habría salvado la vida, porque has de saber que en estos momentos su barco está hundiéndose en alta mar.

sábado, 4 de abril de 2009

Amigos

¡Seguimos con el tema de la amistad!! Revisando cosas he encontrado este texto antiguo con la misma temática y lo comparto con todos, pues es muy cierto que tener un amigo de verdad es un bien inapreciable. Como dice la Escritura, 'quien tiene un amigo tiene un tesoro'.

Y la amistad es lo que nos mantiene unidos y con ganas de hacer cosas unos por otros, aunque en ocasiones nos cueste un poco.

================================
Amigos


Si tuviera un millón de amigos y le pidiera a cada uno una moneda, podría ser millonario.


Si tuviera 500 mil amigos les pediría tomarnos de las manos para rodear el país.


Si tuviera 200 mil amigos fundaría una ciudad donde todo el mundo se saludaría con una sonrisa.


Si tuviera 25 mil amigos, la empresa de teléfono me cortaría la línea cada vez que cumpliera años.


Si tuviera 6 mil amigos me gustaría ser el padrino de 6 mil niños.


Si tuviera mil amigos tendría dos mil manos para mí solo.


Si tuviera 365 amigos pasaría cada día del año con uno de ellos.


Si tuviera 100 amigos tendría 100 consejos.


Si tuviera 4 amigos tendría aseguradas las 4 manos que cargarían mi ataud.


Si tuviera 2 amigos sería 2 veces más feliz.


Pero si tuviera un solo amigo no necesitaría tener más.


Por eso, ¡¡¡gracias amigo!!

jueves, 2 de abril de 2009

La amistad

En esta ocasión la historia de la semana está dedicada a la amistad.

Por supuesto que todos tenemos amigos, pero ¿qué es un buen amigo de verdad?, ¿cómo se puede discernir si es amigo de corazón o amigo interesado? De esto trata esta breve historia.

Lo que sí está claro es que cuantos más amigos tengamos, ¡mucho mejor! Por eso nos insistía siempre Fernando Rielo en nuestro trabajo con jóvenes: ¡haced amigos!
=======================
La amistad

Hace mucho tiempo en una ciudad había un padre y un hijo que discutían siempre sobre quién tenía mejores amigos.

El hijo decía que tenía muchos y se burlaba del padre porque sólo tenía uno.

Un día cansado el padre de tantas burlas le dijo:

- Mira, mata un cordero, mánchate las manos de sangre, vete a casa de tus amigos y diles: "he matado un hombre y los alguaciles me persiguen"; luego ven y cuéntame lo que ha pasado.

El hijo así lo hizo, pero todos sus amigos le pusieron excusas, y ninguno le ayudó... Así que volvió a casa a decírselo a su padre.

Entonces el padre le dijo:

- Ahor vete a casa de mi amigo y dile lo mismo.

El hijo fue a casa del amigo de su padre y le dijo:

- He matado un hombre y los alguaciles me persiguen.

Entoces el amigo del padre le contestó:

- Rápido, ven y pasa dentro. Lávate las manos y ¡que no se entere tu padre!