sábado, 11 de octubre de 2014

El turista y el sabio

Una tendencia natural en muchas personas es el acaparamiento: ir guardando objetos, ropa, cosas,... simplemente por no saber desprenderse de ellos.

La experiencia y la madurez nos van indicando que aunque el guardar no es malo en sí mismo, hay que aprender a seleccionar lo que se conserva para el futuro.

La historia de esta semana recuerda precisamente que los objetos físicos no tienen tanta importancia en comparación con los valores inmateriales, que el desprendimiento de las cosas nos sitúa en una posición para ver las situaciones de la vida de forma más objetiva.

Y en definitiva que la sencillez es mucho mejor que la opulencia, revelando una sabiduría poco común hoy día, donde se valora más el tener que la generosidad. O como dice la conocida frase No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.

Lleva por título El turista y el sabio, y viene a continuación. 

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​El turista y el sabio

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.
 
El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

- ¿Dónde están sus muebles? -preguntó el turista. 


Y el sabio, rápidamente, también preguntó:

- ¿Y dónde están los suyos…?

- ¿Los míos?, se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!  


- Yo también… -concluyó el sabio. La vida en la tierra es solamente temporal… sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices.



La Historia de la Semana

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