martes, 22 de marzo de 2011

Carta de un padre a su hijo

En la sociedad que estamos viviendo es difícil encontrar el momento adecuado para expresar nuestros sentimientos, ilusiones, sueños,.... y al final muchas relaciones se quedan sólo en lo superficial.

Recientemente hemos celebrado el Día del Padre, que se ha convertido en un reclamo publicitario más para incitar al consumo, y por eso quiero incluir en la historia de esta semana un texto que estoy convencido que la mayoría de los padres suscribirían gustosos pero que muy pocos serían capaces de compartir con sus hijos.

Se titula Carta de un padre a su hijo, y le va relatando sus preocupaciones educativas y expresando su cariño.  

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Carta de un padre a su hijo


Querido hijo,

No te prometo, hijo, impedir que tropieces, ni estar pegado a ti para asistirte en la caída. Te estorbaría mi excesiva protección, y te haría extremadamente dependiente. Pero sí te prometo estar ahí, para cuidar tus raspones.


No te prometo, hijo, donarte mi experiencia. No podría ser tuya. Tendrías que adquirirla en carne propia. Pero prometo estar disponible cuando solicites mi consejo.

No te prometo, hijo, solucionar tus problemas, aunque lo haría todo por ti. La solución suele estar en tus manos y no en las mías, pero prometo ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte.


No te prometo, hijo, evitarte sufrimientos. No puedo cegarte a la realidad, porque a veces sufrir es necesario para aprender a ser fuerte, pero prometo ofrecerte mi hombro cuando necesites consuelo.

No te prometo, hijo, darte todo lo que quieras. En todo caso es mejor que aprendas que los caprichos y las modas no son importantes pues se olvidan en cuanto se consiguen; pero prometo hacer el mayor esfuerzo para darte lo necesario. 

No prometo, hijo, que serás tú el centro de mi atención; necesito también atender otros asuntos por tu bienestar y el de toda la familia, pero prometo no descuidarte y dedicar un tiempo especial sólo para ti.

No prometo, hijo, caerte bien en todo momento. A veces no te gustará lo que yo diga o haga, porque tengo la obligación de guiarte por el camino correcto. Pero prometo no maltratarte ni humillarte cuando te corrija.

No prometo, hijo, estar a tu lado siempre. Soy mortal como cualquier humano. Pero prometo enseñarte que existe un Padre que sí es eterno y a quien podrás acudir siempre que quieras.
 
No prometo, hijo, ser un padre perfecto, pero prometo poner todo mi amor en el intento.


Con todo mi cariño,


La Historia de la Semana

3 comentarios:

María Isabel Gómez Castillo dijo...

La foto final como despedida de un Padre, es muy simbólica JM.
¡Cuánto nos equivocamos a veces en poner en los pensamientos de los otros lo que realmente no le perteneces sino sólo son nuestras excusas para descartar caminos nuevos...!
Gracias.
Isa

Feliz y Agradecida dijo...

Me ha gustado tanto que le he cambiado el título por: "Carta de una madre a su hijo"
¿Habré hecho bien intentando ajustarle a tristes situaciones de la vida?
JMP

Anónimo dijo...

Seria muy bueno darle crédito al autor de la carta, pues se lo merece son una palabras muy sabias y muy sentidas!