sábado, 30 de mayo de 2009

Si... de Rudyard Kipling

¡¡Estoy en semana de cumpleaños!! También los años pasan inexorables, no sólo las semanas, y a veces pesan un poco, pero siempre son más llevaderos con los amigos.


Superada la cincuentena viene el tiempo de reflexión y la constatación de que el tiempo pasa ¡y de qué manera! Uno ya no es el que era (ya no soy capaz de correr 20 km o saltar desde el techo de un Land Rover) pero he comprobado que mi corazón sigue joven e ilusionado como cuando era adolescente. He recordado el poema que hoy me gustaría compartir con todos vosotros pues me ha sido de gran ayuda durante todos estos años para afrontar los retos que la vida nos va deparando. Es el famoso "Si...", de Rudyard Kipling, que nos marcó a muchos jóvenes de mi generación. Seguramente ya lo conocéis pero creo que merece la pena recordarlo, meditarlo y aplicarlo siempre que se pueda.


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Si... de Rudyard Kipling


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.


Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas,
Si no buscas más odio que el odio que te tengan...


Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres.
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.


Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofismo del orbe encanallado.


Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.


Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres y lo mandas.


Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.


Si llenas un minuto envidiable y cierto
de sesenta segundos que te lleven al cielo....
Todo lo de esta tierra, será de tu dominio,
y mucho más aún, serás hombre, hijo mío.



Rudyard Kipling

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